Pintora de una larga trayectoria profesional, afincada en Getaria desde el año 1994, por lo que podemos considerarla uno de los firmes valores de la pintura vasca actual, sus obras han recorrido innumerables ferias y eventos en todo el continente, formando parte de numerosos fondos de colecciones públicas y privadas.
Gran parte de su obra lo conforman múltiples retratos de gran formato, con un estilo muy personal y diferenciado, a los que dota de una gran expresividad, es capaz de captar la mirada con una sencillez de trazos apabullante, logrando transmitirnos en todas sus obras la personalidad de la persona retratada. Una pintura clara y precisa, sin concesiones, claramente reconocible, de factura rápida y largas pinceladas, producto del oficio que atesora, abandona sus trabajos en ese momento de frescura, invitando al espectador que continúe la búsqueda que ella ha iniciado.
En Azken Muga ha aceptado realizar “Pagoen artean”, como un desafío, trabajando al aire libre, en un trabajo de grandes dimensiones y en un material difícil , tela de saco, sin embargo el resultado realmente asombroso, con un personaje que nos seduce y atrapa con su mirada, mitad felina, mitad humana.
Proyecto desarrollado:
PAGOEN ARTEAN
Barbara nos trae un personaje más del bosque, humano y a la vez animal huidizo, que nos ve y se retira, para volver a aparecer con los siguientes rayos de sol, con una mirada atrayente y sugestiva, se integra y difumina entre las hojas del hayedo, como si fuera parte del paisaje, nos cuenta esta experiencia novedosa:
Oleo sobre lienzo de tela de saco de arpillera
2,80 x 3,30 m.
“Empecé el lienzo en el taller con la intención de terminarlo en el bosque, pero una vez allí con la imagen colgada no di más que algunos brochazos – la naturaleza estaba haciendo lo suyo.
Entre el sol, la suave brisa y el reflejo de las hojas de las hayas encima del lienzo, la pintura se componía y descomponía por momentos.
Ahora la pintura se integra totalmente, como de manera natural en el hayedo, algunos días en compañía de las vacas de “Courbet”.
¡No hemos querido cortar ni una rama, ni una hoja de los árboles – lo primero es el respeto hacía lo que ya está – y viendo y reconociendo que todo ya estaba allí y además de manera perfecta!”
